En octubre de 2011, el mundo perdió no solo a Steve Jobs, fundador de Apple, sino también a otro gran innovador de la industria de la tecnología: Dennis Ritchie. Ritchie, nacido el 9 de septiembre de 1941, es famoso por ser el creador del lenguaje de programación C y el sistema operativo Unix.
Ritchie se graduó de la Universidad de Harvard con una doble titulación en física y matemáticas aplicadas. Mientras era estudiante, se interesó mucho por la computadora UNIVAC I y pasó gran parte de su tiempo libre aprendiendo sobre la arquitectura de las computadoras y cómo se programaban.
En 1967, comenzó a trabajar para los Laboratorios Bell, donde empezó su legado. Fue parte del equipo que desarrolló Multics (uno de los primeros sistemas operativos de tiempo compartido), BCPL (lenguaje de programación básico combinado), ALTRAN (una extensión para FORTRAN) y el lenguaje B (predecesor de C).
Entre 1969 y 1972, Ritchie creó C, un lenguaje de propósito múltiple diseñado para la implementación de sistemas operativos. La sintaxis de C es simple y cuenta con pocas instrucciones, pero es extremadamente estructurada y modular.
Junto con Ken Thomson, Ritchie utilizó C para crear Unix. El kernel original de Unix estaba escrito en lenguaje ensamblador, pero requerían un lenguaje de mayor nivel que les permitiera un mejor control sobre los datos. La creación de C solucionó este problema.
El legado de Ritchie ha influido directa o indirectamente en otros lenguajes como Objective-C, C++, Go, Python, Java, JavaScript, PHP, entre otros. Además, sin la creación de Unix, no tendríamos la mayoría de los sistemas operativos actuales, desde las distribuciones de GNU/Linux hasta macOS. Asimismo, los sistemas operativos móviles como Android e iOS tienen su base en Unix.
A diferencia de Steve Jobs, quien se enfocó en la estética y el aspecto visual de sus productos, Ritchie fue el padre de lo funcional. Casi todo lo que usamos hoy en día, desde sistemas operativos hasta lenguajes de programación, navegadores, servidores y teléfonos móviles, se lo debemos al genio de Dennis Ritchie.
Es importante reconocer la importancia de Ritchie y su contribución a la tecnología moderna. Su legado ha influido en gran medida en la forma en que interactuamos con la tecnología en la actualidad.